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פריט 589:
ZACARIAS GONZALEZ VELAZQUEZ (1763 / 1834)
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El arcángel San Rafael
Óleo sobre lienzo
110 x 77 cm
Zacarías González de Velázquez abordó el tema de los Arcángeles en más de una ocasión, siendo su obra más conocida el proyecto realizado para la decoración de las pechinas del Real Oratorio del Caballero de Gracia en Madrid. Allí pintó a San Miguel, San Gabriel, San Rafael y el Santo Ángel de la Guarda; todos ellos perdidos, pero conocidos gracias a la conservación de sus bocetos preparatorios. Al margen de este conjunto sabemos que abordó el mismo tema en otras ocasiones, como obras de devoción, tal y como demuestra el Ángel de la Guarda que, antaño, se encontraba en la antigua colección de la Riva y con la que esta obra presenta numerosos paralelismos estilísticos. El Arcángel Rafael se muestra de pie, ante un hermoso paisaje de montaña con amplio celaje. Según su iconografía tradicional viste de peregrino -con sandalias, bastón y veneras- y muestra un pez en su mano derecha, que rememora el pasaje bíblico del Libro de Tobías. La pintura pone de manifiesto el influjo del que fuera su maestro, Mariano Salvador Maella, y está resuelta con su característica precisión en el dibujo, su minuciosidad en el acabado y una armónica paleta cromática de tonos acompasados.
Zacarías González de Velázquez abordó el tema de los Arcángeles en más de una ocasión, siendo su obra más conocida el proyecto realizado para la decoración de las pechinas del Real Oratorio del Caballero de Gracia en Madrid. Allí pintó a San Miguel, San Gabriel, San Rafael y el Santo Ángel de la Guarda; todos ellos perdidos, pero conocidos gracias a la conservación de sus bocetos preparatorios. Al margen de este conjunto sabemos que abordó el mismo tema en otras ocasiones, como obras de devoción, tal y como demuestra el Ángel de la Guarda que, antaño, se encontraba en la antigua colección de la Riva y con la que esta obra presenta numerosos paralelismos estilísticos. El Arcángel Rafael se muestra de pie, ante un hermoso paisaje de montaña con amplio celaje. Según su iconografía tradicional viste de peregrino -con sandalias, bastón y veneras- y muestra un pez en su mano derecha, que rememora el pasaje bíblico del Libro de Tobías. La pintura pone de manifiesto el influjo del que fuera su maestro, Mariano Salvador Maella, y está resuelta con su característica precisión en el dibujo, su minuciosidad en el acabado y una armónica paleta cromática de tonos acompasados.
